La cumbre climática del mundo, la Conferencia de las Partes de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP29), tendrá lugar en Bakú, la capital de Azerbaiyán, en el Cáucaso, del 11 al 22 de noviembre. La comunidad internacional enfrenta un reto colosal. La meta que se había fijado en 2014, en París, de mantener el calentamiento global por debajo de los 1.5 grados centígrados ya se rompió en 2023, el primer año en que durante los doce meses las temperaturas fueron superiores por ese tanto respecto del promedio preindustrial. Las guerras y divisiones del planeta dificultan la acción conjunta; pese a todo, el trabajo por lograr avances sigue en marcha.

La presidencia de la COP29 ha planeado trabajar en dos canales: mejorar la ambición que se han marcado los países y facilitar la acción, es decir, potenciar el financiamiento para que los países actúen para reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero. Los anfitriones han prometido, además, que escucharán a todas las voces para que, así, un proceso incluyente lleve a resultados que beneficien a todos.

Las iniciativas paralelas

Se buscará también dar impulso a algo muy esperanzador: la Iniciativa de Bakú para las reducciones de metano de residuos orgánicos. El metano es un gas que retiene varias veces más calor que el dióxido de carbono, y aunque esfuerzos como éste deben complementarse con un trabajo en las plantas de gas y en su transporte, esta medida podría acercar el foco a donde debe estar.

El gobierno de Azerbaiyán buscará, además, impulsar la Iniciativa de Bakú para las Finanzas Climáticas, la Inversión y el Comercio, con la que pretende construir una plataforma para promover “la inversión en la diversificación verde, apoyar el desarrollo de políticas y compartir conocimientos y capacidades a través del diálogo”. También buscará dar impulso a “Zonas y Corredores de Energía Verde”, en las que se logren economías de escala y que permitan impulsar el crecimiento económico.

Junto con esto, en Bakú se buscarán compromisos para aumentar hasta en un 600 por ciento la capacidad de almacenamiento de energía instalada en el planeta, impulsar el desarrollo del “hidrógeno limpio” y acelerar la reducción de emisiones de la economía de la información, entre otras medidas.

Muy relevante en el contexto actual, marcado por guerras en Europa oriental, en Medio Oriente y en África Central, será el Llamado a la Tregua de la COP, similar a las treguas olímpicas. Ella se buscará impulsar una Iniciativa por el Clima y la Paz de la COP29 que correrá paralela a las demás actividades de la Cumbre para establecer centros y mecanismos de apoyo a los más vulnerables.

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