Todos los días son Día de la tierra

 

El impacto de hacerlo ha sido tan fuerte que pensamos que las cosas han sido siempre así, pero no es cierto: la idea de que la tierra nos pertenece es muy reciente; tiene apenas unos cientos de años. Antes era de todos sabido que es al revés: nosotros somos de la tierra. Ahora sólo unos pocos lo aceptamos, aunque nuestro número, por suerte, crece día con día.

Hoy que es Día de la tierra y se la celebra en todo el mundo es una gran ocasión para recordar esto y para actuar en consecuencia. Es un día para seguir las enseñanzas de Nicolás Villalobos, un líder rarámuri que, al ver a su comunidad despojada de sus bosques, en 1961 escribió al ingeniero Enrique Beltrán que él y sus compañeros seguirían defendiendo su territorio y la naturaleza que lo cubría y articulaba:

“¿No creen que los que nacimos en este suelo, aunque ese terreno no sea nuestro, nosotros somos de él? Somos hijos de esa Tierra”.

Hoy —como todo el año— es día de tener muy presente que somos porque la tierra sobrevive, y que es nuestra obligación hacia ella y hacia nosotros mismos conservarla, defenderla, regenerarla. Construir mejores leyes, hacerlas valer, organizarse para impulsar nuevas formas de relacionarnos con el planeta son todas clave para tener un futuro más justo y mejor.

Este Día de la tierra, como todos los demás días del año, es día de festejar, de trabajar, de luchar y de estar unidos.