- México avanza en materia de calidad de combustibles para estar a la par de países desarrollados
- Deben establecerse los mecanismos necesarios para transitar a un mercado abierto donde se haga cumplir la ley en materia de combustibles mediante un robusto esquema de monitoreo, reporte y verificación.
Los días 11 y 12 de agosto pasados, Petróleos Mexicanos (Pemex), el Centro Mexicano de Derecho Ambiental, A.C. (CEMDA) y el Consejo Internacional de Transporte Limpio (ICCT), convocaron al Taller sobre “Regulación en combustibles. Mejores prácticas internacionales y regulación en México”, donde participaron instituciones como la Comisión Reguladora de Energía (CRE), la Asociación Nacional de Productores de Autobuses, Camiones y Tractocamiones, A.C (ANPACT) y la Asociación Mexicana de la Industria Automotriz (AMIA), entre otros.
En dicho evento, expertos de Estados Unidos (EEUU), Canadá, Brasil y el estado de California, presentaron sus experiencias y mejores prácticas en torno a la regulación en materia de combustibles limpios, específicamente de Diésel y gasolinas de Ultra Bajo Azufre (UBA). Destaca el dato de que EEUU ha transitado hacia gasolina y Diésel UBA desde hace 10 años reduciendo hasta en un 90% la contaminación y sigue con la tendencia, de reducción de hasta cero en niveles de azufre, por lo que Pemex desde 2005, dio inicio a la producción nacional e importación de Gasolina Premium de Ultra Bajo Azufre para todo el país y a partir del 2009 Diésel UBA para las Zonas Metropolitanas del Valle de México, Guadalajara y Monterrey, así como la Zona Fronteriza Norte, asumiendo el compromiso tecnológico de ajustar y modernizar su planta productora para abastecer paulatinamente de combustibles de ultra bajo azufre al territorio nacional.
Asimismo, se habló de la importancia de que México actualice la norma que exigirá a PEMEX y a los nuevos competidores en el mercado abierto la distribución y venta de combustibles más limpios en todo el territorio nacional, a fin de que pueda hacer frente a las nuevas condiciones que se generaron a partir de la reforma energética.
Durante la inauguración se señaló que para México, es indispensable contar con mejores combustibles para poder reducir la contaminación atmosférica, acceder a mejores tecnologías vehiculares y reducir el impacto en salud pública.
Asimismo, los ponentes apuntaron que la reforma energética ha dado lugar a un nuevo marco regulatorio, así como a la apertura del sector, lo que plantea nuevos retos para los distintos actores involucrados en este tema. En el Foro se destacó también la necesidad de que se establezcan los mecanismos necesarios para transitar a un mercado abierto donde se haga cumplir la ley en materia de combustibles mediante un robusto esquema de monitoreo, reporte y verificación. Es indispensable contar con un sistema de información sobre las estadísticas, especificaciones de calidad y puntos de distribución de los combustibles.
Se enfatizó la importancia de que la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) asigne en el presupuesto 2016 los recursos necesarios a Pemex para que pueda cumplir con los objetivos y metas del Proyecto de Combustibles Limpios, el cual ha requerido la inversión de 7 mil 500 millones de dólares para reducir el azufre en los combustibles.
Por otro lado, los expertos resaltaron que las acciones deben ser conjuntas entre gobierno, sociedad y los actores clave en la actualización de las normas. La calidad de los combustibles va de la mano del acceso a nuevas y mejores tecnologías vehiculares, por lo que todos debemos trabajar para alcanzar el mismo fin.
Al respecto, la principal crítica que se hizo a la regulación que existe en México en materia de combustibles, es que se emite en forma aislada y no bajo un Programa integral y periódico. Los esfuerzos de regulación son aislados por parte de las entidades; el poder ejecutivo y el poder legislativo, lo cual puede dar lugar a acciones contradictorias entre sí.
En el taller, los distintos actores, tanto en el sector gubernamental, como privado y la sociedad civil, coincidieron en que México debe avanzar en mejorar la calidad de sus combustibles que le permita acceder a mejores tecnologías para el transporte de pasajeros y de mercancías, ya que el beneficio que representa para la economía, las personas y el medio ambiente tiene mayores beneficios que costos.
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