- Respaldan ambientalistas el retiro de redes ilegales en hábitat de la vaquita.
- Solicitan garantías al Estado mexicano para el trabajo de los defensores ambientales.
México DF a 30 de marzo de 2017
La captura y el tráfico ilegal del buche (vejiga natatoria) del pez totoaba, en peligro de extinción, se encuentra imparable y sigue siendo la principal amenaza para la vaquita marina. La totoaba es sumamente cotizada en países como China, debido a que se le atribuyen propiedades afrodisíacas y medicinales, así como por representar un símbolo de estatus social. La alta demanda de esta especie ocasiona que un kilo de buche llegue a costar hasta 25 mil dólares[1].
La muerte de la vaquita marina, el único mamífero marino endémico de México, está intrínsecamente ligada con la pesca de totoaba, toda vez que las vaquitas quedan atoradas en estas redes de pesca.
El gobierno mexicano ha reiterado en escenarios internacionales su compromiso para salvar de la desaparición a la vaquita marina. Sin embargo, no ha podido combatir con eficacia la pesca y el tráfico ilegal de totoaba, puesto que decenas de kilogramos de buche salen del país contraviniendo tratados internacionales como es el caso del Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES).
De acuerdo con una solicitud de información, la Procuraduría General de la República (PGR)[2] ha respondido que únicamente han sido 7 las personas detenidas en Baja California y Sonora por estos ilícitos desde el 2012, mientras que las vaquitas marinas siguen apareciendo muertas. Esto es una prueba de la impunidad con la que está ocurriendo el tráfico ilegal de totoaba en el Alto Golfo de California.
Organizaciones ambientales de la sociedad civil respaldan el trabajo de la organización Sea Shepherd, quien recientemente ha sido objeto de amenazas cobardes y ataques por denunciar la violación a la veda de pez totoaba y por retirar las redes ilegales de pesca en el hábitat de la vaquita. Su hallazgo más reciente ha sido el de 66 totoabas encontradas en una red ilegal, las cuales promediaban 40 kilogramos en peso.
La denuncia que ha realizado Sea Shepherd, así como su labor de retirar redes ilegales, le ha ocasionado ser sujeto de ataques y amenazas. Sin embargo, es fundamental que se entienda que los enemigos no son las organizaciones defensoras del medio ambiente, sino las mafias que pescan y trafican con la totoaba -ocasionando con estas acciones la muerte de las vaquitas marinas-, y ante las cuales debe provenir una acción contundente e inmediata del Estado para que logre detenerlas.
Las organizaciones de la sociedad civil solicitamos al gobierno federal que brinde la protección necesaria a los defensores ambientales para que puedan desarrollar su labor en un marco de seguridad. Asimismo, se requiere de forma inmediata una investigación de inteligencia que permita desarticular el tráfico ilegal de totoaba, así como detener y sancionar conforme a la la Ley a los traficantes, quienes constituyen la principal amenaza contra la vaquita marina.
Las organizaciones ambientales reiteran, como lo han afirmado en varias ocasiones, que no tienen nada en contra de los pescadores, que la defensa de la vaquita marina es un objetivo netamente ambiental y habrán de buscarse las formas apropiadas y las técnicas necesarias para que puedan seguir llevando a cabo su actividad pesquera de la cual dependen sin afectar a las especies marinas como la vaquita y cumpliendo en todo momento con el marco legal que les es aplicable.
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