- Se busca presentar un panorama amplio sobre ¿cómo llega México a la COP27 en términos del cumplimiento de compromisos para enfrentar la emergencia climática?
- Fundamental que nuestro país presente metas más ambiciosas en mitigación y adaptación al cambio climático.
Organizaciones de la sociedad civil iniciaron este día una serie de talleres encaminados a aportar a líderes de opinión, datos relevantes y análisis oportunos sobre los desafíos que tiene México para cumplir con sus compromisos nacionales y ante la comunidad internacional para enfrentar la crisis climática.
El grupo integrado por la Asociación Interamericana para la Defensa del Ambiente (AIDA), el Centro Mexicano de Derecho Ambiental, A.C. (CEMDA), Iniciativa Climática de México (ICM), el Grupo de Financiamiento Climático para Latinoamérica y el Caribe (GFLAC) y Greenpeace México está enfocado en la tarea de robustecer los instrumentos de política climática establecidos en el marco legal vigente: la actualización de la Estrategia Nacional de Cambio Climático (ENCC), el Programa Especial de Cambio Climático (PECC) y las Contribuciones Nacionalmente Determinadas (NDC).
El primer taller formativo se llevó a cabo el pasado 7 de septiembre con el título El ABC de la NDC (Contribución Nacionalmente Determinada), instrumento que esboza los compromisos y medidas climáticas de mitigación de Gases Efecto Invernadero y adaptación al cambio climático que cada país miembro ha establecido bajo el Acuerdo de París, teniendo en cuenta su contexto y capacidad nacional. Esto para cumplir con el objetivo de largo plazo del acuerdo: limitar la temperatura por debajo de los 2ºC y proseguir los esfuerzos para limitarla a 1.5ºC.
Para las organizaciones convocantes resulta fundamental que, rumbo a la Conferencia de las Partes (COP27) de la Convención Marco de las Naciones Unidas para Cambio Climático (CMNUCC), a celebrarse en el mes de noviembre en Egipto, nuestro país esboce un componente de mitigación más ambicioso al presentado en años pasados, tendiente a un escenario de 1.5 ºC de incremento en la temperatura media del planeta, al tiempo que se retoma el componente ambicioso y desglosado de adaptación presentado en la NDC 2020.
El Acuerdo de París establece que los compromisos plasmados en la NDC deben comunicarse ante la CMNUCC cada cinco años. Cada NDC debe actualizarse y representar una progresión respecto de la anterior, reflejando la mayor ambición de reducción de GEI posible; además, las NDC deben contener información suficiente sobre metas claras, transparentes y comprensibles sobre objetivos de reducción en los sectores que constituyen la mayor fuente de emisiones a nivel nacional. En el caso de México, la Ley General de Cambio Climático (LGCC) considera a la NDC como uno de los instrumentos de planeación de la Política Nacional de Cambio Climático. En concordancia con lo establecido en el Acuerdo de París, contempla también el principio de progresividad, el cual implica que las metas establecidas deben presentar una progresión y gradualidad a lo largo del tiempo.[1]
En conjunto, las NDC determinan que el mundo logre los objetivos de largo plazo del Acuerdo de París y que las emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI) alcancen su punto máximo lo antes posible, mediante un equilibrio entre la reducción de emisiones generadas por las actividades humanas (transporte, uso de gas y petróleo, energía y producción agropecuaria) y la absorción por los sumideros de GEI en la segunda mitad de este siglo. Se entiende que el pico de emisiones tardará más tiempo para países en desarrollo y que las reducciones de emisiones se llevan a cabo sobre una base de equidad, y bajo un contexto de desarrollo sostenible y de esfuerzos para erradicar la pobreza.
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[1] Ver: Asociación Interamericana para la Defensa del Ambiente (AIDA) https://bit.ly/3KUuWxM
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