- Ha finalizado el proceso de evaluación del proyecto y no se otorgó autorización alguna en materia de impacto ambiental.
- El proyecto pretendía ampliar el Puerto de Pichilingue para recibir cruceros turísticos tipo Oasis, con capacidad de más de 5 mil pasajeros.
Este Viernes 26 de marzo, el gobierno de Baja California Sur dió a conocer que el proyecto “Ampliación del Muelle API-BCS del Puerto de Pichilingue” en la ciudad de La Paz, Baja California Sur, solicitó finalizar su proceso de evaluación de impacto ambiental. Esto coincide con la información visible en el sitio creado para el seguimiento del proyecto por la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT). Esto quiere decir que el promovente del proyecto se desistió de que su proyecto hubiera seguido siendo evaluado por la propia SEMARNAT.
La empresa Aquamayan Adventures, S.A de C.V. solicitaba una ampliación del muelle actual, el dragado de casi 80 mil metros cúbicos en la Bahía de La Paz y un complejo de servicios turísticos para recibir cruceros tipo Oasis de hasta 360 metros de largo.
“La acción de la empresa reafirma los argumentos sobre la incompatibilidad de la obra y las opiniones que se presentaron durante el proceso de evaluación de impacto ambiental. Esperamos que las autoridades municipales y estatales secunden las peticiones ciudadanas y en el futuro tengan una postura más sólida en defensa de los recursos naturales”, señaló Mario Sánchez, Director Regional del Centro Mexicano de Derecho Ambiental (CEMDA).
Debido a la interacción de este megaproyecto con zonas de importancia biológica y áreas naturales protegidas, así como su incompatibilidad con la regulación urbana, diferentes sectores de la población sudcaliforniana, apoyados por el CEMDA, solicitaron la apertura de una consulta pública, participando en su evaluación mediante análisis, comentarios y observaciones, sumada a una fuerte movilización de la comunidad paceña para que la Semarnat denegara la petición.
“El crecimiento urbano, el desarrollo económico y turístico no deben comprometer la estabilidad y buen funcionamiento de los ecosistemas, las especies que los habitan y las ciudades o territorios que los contienen. Desde el CEMDA, estaremos al pendiente sobre la posibilidad de que se busque someter nuevamente el proyecto a la EIA” finalizó Mario Sánchez.
La edificación de un proyecto de esta envergadura en la región, podría traer consigo, entre otras cosas, afectación a la fauna marina de tránsito y el hábitat de especies protegidas como el tiburón ballena y delfines nariz de botella. Además de encontrarse en el polígono de un Sitio Ramsar, considerado humedal de importancia internacional y las zonas de influencia de las áreas naturales protegidas Balandra e Isla Espíritu Santo.
Foto: Ernesto Méndez
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