
José Ángel, Ventura y Florentino eran ejidatarios de San Andrés Hueyacatitla, en Puebla. Los tres se desempeñaban como guardabosques en la zona del bosque de Hueyacatitla, cerca de las laderas del volcán Iztaccíhuatl.
El día 25 de febrero del 2024, cuando los defensores se encontraban cavando una zanja para evitar el paso de vehículos de talamontes que realizan tala ilegal en la zona, fueron asesinados por presuntos talamontes armados. En el mismo evento de agresión, otro guardabosques resultó herido y logró sobrevivir.
La falta de supervisión forestal por parte de las autoridades, además de la omisión en el establecimiento de políticas integrales para detener la tala ilegal, genera que miembros de comunidades o ejidos aledaños a los bosques asuman la labor de protección y defensa de los bosques, lo que coloca a las personas en un contexto de alto riesgo para su vida e integridad.