Se fue 2024, un año de grandes cambios y, para muchos, de grandes esperanzas. En el Centro Mexicano de Derecho Ambiental trabajamos para que esas esperanzas se hagan realidad y que tengamos un mundo en armonía con la naturaleza, en el que avancemos en la lucha contra la violencia y la pobreza construyendo una nueva relación con la biodiversidad y en el que sepamos prosperar, restaurando nuestro entorno.
En el CEMDA queremos que 2025 sea un año contra la impunidad. Muchas veces nos encontramos con que la ley está del lado de las comunidades locales, de las personas defensoras del medio ambiente, de los ecosistemas amenazados, pero esas leyes y normas, simplemente, no se hacen valer. Nosotros trabajamos para mejorar la normatividad y para obligar ante los tribunales y todas las instancias posibles a que se cumpla, pero no damos abasto. Necesitamos más ayuda para abarcar el enorme reto que enfrentamos y necesitamos que, entre todas y todos, en todas partes y a todos los niveles, construyamos una cultura de cero impunidad.
También queremos que 2025 sea un año sin agresiones, sin muertos ni desaparecidos en la defensa de los derechos humanos. México es uno de los países más peligrosos para quienes buscan defender la ecología de las regiones que habitan, para quienes aman la naturaleza y trabajan para conservarla y aprovecharla en beneficio de todas y todos. En nuestro más reciente Informe sobre la situación de las personas y comunidades defensoras de los derechos humanos ambientales en México mostramos que tan sólo en 2023 hubo 20 personas a las que defender el medio ambiente y el territorio les costó la vida. Para 2025 nuestra aspiración no debería ser reducir esa cifra, sino llevarla a cero.
El año que terminó fue de cambios muy profundos en el panorama político y judicial del país. 2025 será el año de implementación de muchas de las reformas constitucionales que se aprobaron el verano pasado. Esperamos, y para ello estaremos trabajando, que el nuevo andamiaje jurídico dé mayor fuerza a la defensa de los derechos humanos y que refuerce las bases para que nuestra forma de usar recursos y vivir en nuestros territorios no implique destruirlos.
Con el 2024 terminó también el primer cuarto del siglo XXI, que en términos ambientales dejó mucho que desear, con una crisis climática que avanza sin freno, una cascada de extinciones que no fue posible parar y contaminación de muy diversas fuentes que no merma. Este 2025 se abre una nueva oportunidad para corregir esta situación y para lograr que, al mediar el siglo XXI, México haya redireccionado el rumbo. Nosotros, en el CEMDA, estamos volcados en lograrlo. ¡Ojalá que todos nos acompañen para celebrar este nuevo inicio y hacer que los próximos años sean prósperos y sustentables!
Click here to change this text