Expulsar a los fósiles para rescatar el aire y el futuro

 

La contaminación del aire nos echa a perder el presente y arruina el futuro de todos, pero sobre todo de quienes apenas llegan a esta tierra. Detrás de ella están los combustibles fósiles, que arruinan nuestra atmósfera de punta a punta del país. En expulsarlos está la clave para tener un mañana más limpio, en el que todos podamos respirar en paz.

En La Paz, Baja California Sur, por ejemplo, un informe preparado por el CEMDA y otras organizaciones de la península encontró que la quema de combustóleo y otros derivados del petróleo en las plantas generadoras de energía, así como los vehículos que usan diésel y gasolina, están entre las principales fuentes de contaminantes de la región.

Casi del otro lado del país, en la cuenca petrolera y gasera del Golfo, un estudio de Cartocrítica y el CEMDA encontró que el flaring de metano —ese gas fósil que no tiene nada de natural— está detrás de la alta prevalencia de malformaciones congénitas en la región y que tiene impactos terribles en la salud prenatal.

Todos estos son indicativos de la urgencia de dejar atrás nuestro consumo de estos combustibles, que hacen daño desde que se los extrae —es en los pozos donde se da el flaring— hasta cuando los usa el consumidor final —en los autos, por ejemplo—, y pasando por los sitios de generación eléctrica.

Alternativas hay muchas, y las pueden emprender distintos órdenes de gobierno, porque todos tienen algo que aportar. Se trata de invertir en el cambio de nuestra matriz energética, tomando en cuenta su complejidad y las urgencias del combate a la pobreza y la desigualdad y de la defensa del medio ambiente. 

La solución no puede ser —o no solamente— una apuesta centralizada y desde arriba, sino que debe tejerse desde muchos ángulos para poder responder a la enormidad y a la diversidad que caracterizan el problema. De entrada, si los gobiernos de todos los órdenes y, dentro de ellos todos los sectores, asumen esta meta, desde cada una de esas áreas se lograría dejar atrás los derivados del gas y del petróleo y tendríamos aire limpio para todas, todo el año.