
Hoy es el Día mundial de la salud mental, y por eso es día de luchar por la infraestructura verde urbana y en defensa del planeta. La infraestructura verde es esa red de espacios y entornos naturales o ricos en la naturaleza que hay en las ciudades, y su impacto en el bienestar de las personas es enorme.
Por ejemplo, un estudio realizado en la Ciudad de México encontró que la gente que suele usar espacios verdes se siente mejor que quien no lo hace. De igual manera, el estudio, publicado en 2023 por Carolina Mayen Huerta, muestra que quien pasa más tiempo y conoce las áreas verdes está mentalmente más sano que quien no lo hace.
Hay muchas formas en las que las áreas verdes —los parques, los jardines, los patios arbolados— cumplen esta función. De entrada, ya estar en contacto con la naturaleza parece tener grandes virtudes, reduciendo el estrés y la angustia y ofreciendo un respiro frente a vidas muy ajetreadas y con presiones económicas y de seguridad muy significativas. Por otra parte, parece ser que los espacios verdes facilitan la interacción entre las personas, lo que tiene también impactos muy positivos en la salud de las personas. Aún si la gente no tiene interacciones directas, compartir espacios ya es bueno.
El gran problema es que la infraestructura verde en nuestras ciudades es escasa y está mal distribuida. Por lo general, son las colonias con mayores ingresos las que tienen también mayor infraestructura. En cambio, las colonias más empobrecidas no son sólo las que tienen menos acceso a servicios y donde la gente, por la escasez y la violencia, tiene mayores problemas de salud mental. Esas zonas son también las que tienen menor arbolado, menores espacios públicos, menos lugares para el respiro y el encuentro.
Luchas por la salud mental, por todo esto, pasa por la defensa de la naturaleza en nuestras ciudades, y esa defensa está necesariamente atravesada por la lucha por la igualdad y la justicia.