
¡Defender el planeta es defender nuestra salud!
Hoy es Día mundial de la salud, y por eso es día también de la conservación y restauración del planeta, día del aire limpio y del agua de calidad, día de la alimentación sana y de la agricultura regenerativa. Después de todo, mientras la contaminación siga arrasando con la atmósfera y con el agua dulce; mientras la agricultura industrial nos siga dejando sin suelos y llenando los mercados de chatarra; mientras no tengamos biodiversidad para hallar paz y disfrutar del mundo, no estaremos nunca sanas.
La salud del planeta es la clave para nuestro bienestar, y los daños ambientales nos afectan desde antes de nacer. Por ejemplo, una investigación que realizamos en conjunto con Cartocrítica y el Observatorio Mexicano de Emisiones de Metano mostró que las emisiones de metano llevan en muchas ocasiones a malformaciones en los niños que se gestaron cerca de los pozos que las lanzan a la atmósfera.
Como con el aire ocurre con el agua. La salud de los humedales y el combate al cambio climático son fundamentales para garantizar que las personas tengamos qué beber, con qué asearnos y cómo lavar y desinfectar nuestros alimentos. Sin ecosistemas sanos la disentería y otras enfermedades que se pueden prevenir fácilmente volverán a ser la norma.
Por otra parte, la prevención de enfermedades relacionadas con la alimentación —la obesidad, por ejemplo, o la diabetes— se complementa muy bien con el impulso a sistemas agropecuarios que no sólo sean más respetuosos de la biodiversidad, sino que ayuden a restaurarla. La agricultura industrial ha inundado de productos muy ricos en azúcares y muy pobres en nutrientes. La agricultura sostenible, en cambio, puede ofrecer alternativas diversas y sanas, que ayuden a vivir mejor.
Además, se ha mostrado una y otra vez que el acceso a entornos verdes y azules sanos y diversos está relacionado con una mejor salud mental. Quien tiene un parque cerca, o una playa o un lago; quien puede caminar entre árboles y no rodeado de asfalto vive mejor.
Está claro como el agua: para vivir sanos, hay que tener un planeta sano.