
Andarríos bastardos, avocetas americanas, chorlos carambolos… ¡Las aves playeras festejan hoy su día! Son más de medio centenar de especies tan sólo en México, las que viven en el espacio que no es ni tierra ni mar, donde la arena se topa con el aire y las aguas la llenan de vida.
Las aves playeras son las que viven en donde el agua no rebasa los 20 centímetros de profundidad, donde hay arena y fango, en las costas. Muchas de ellas son migratorias y su corredor más importante es el del Pacífico, porque está lleno de humedales donde encuentran refugio y alimento. Los visitantes que llegan a México cada año son de unas cuarenta especies distintas, y suman un millón de individuos.
Por si hicieran falta razones para conservar nuestros manglares, marismas y demás humedales costeros, aquí hay una más: sin esos ecosistemas nos quedaríamos todos en el continente sin la belleza de estas aves, que además son clave para el equilibrio de los ecosistemas. Ellas no solamente hacen circular nutrientes por los territorios que recorren, sino que también controlan plagas de insectos que entran en su dieta, aportando mucho a la agricultura y al turismo.
Regular los proyectos inmobiliarios y turísticos en las costas y asegurar que las granjas acuícolas no dañen el ecosistema ni a estas aves es clave para su conservación. La ley está con las aves: ahora falta que se aplique a cabalidad.